30 dic 2008
29 dic 2008
Feliz Nakedvidad
Feliz Navidad y que os guste mi cutre regalo (1 apunte para los poco observadores: los cinco aparecemos el mismo número de veces-->7)
26 dic 2008
Una foto para ella
23 dic 2008
De vuelta a casa
Ya estoy en casa. Como uno no lo puede tener todo a la vez he tenido que dejar atrás mi matrimonio quíntuple, a mis compis de piso, a una persona más que especial... pero estoy en casita: con la cama hecha todos los días, con comiditas ricas hechas por mamá, con calefacción de gasoil para toda la casa, con todas las tonterías que hago con mi hermano y con internet de forma rápida y legal. ¡Qué lujo!
Seguiré pasando por aquí, quizá lo haga cada día ahora que puedo hasta que estas mini-vacaciones (que ya nos hacía falta a muchos) me devuelvan a Sevilla, a Naked NaNa y a la mujer de mi vida.
Un saludo de Jean Loumès.
21 dic 2008
Cuando internet se va de vacaciones
Yo creo que son cosas de Telefónica, que coloca en determinados puntos redes sin seguridad que van muy lentas, que tienen poca fiabilidad y señal para cabrearte y que te den ganas de contratar internet de verdad. Pero aún no caeeré: seguiré gorroneando esaseñal débil que solo encuentro en una esquina determinada de mi cama, casi en el centro pero un poco a la izquierda y tirando más hacia el lado de la almohada.
En fin, las cosas de la vida (y del aburrimiento)
Un saludo de Jean Loumès.
16 dic 2008
Hellville de Luxe
Si, ya sé que ha pasado casi un mes y que a lo mejor se me ha hecho tarde para rendirle un pequeño homenaje, pero... ¿no dicen eso de que más vale tarde que nunca? Pues ala, que vaya pedazo de show que se ha montado el aragonés, vaya pedazo de banda tiene (especialmente el teclista que es lo mío, y el guitarra por Cherry) y vaya pedazo de noche que pasamos.
Un saludo de Jean Loumès.
12 dic 2008
Para que os comáis el coco
Un saludo de Jean Loumès, un anagrama indivisible.
10 dic 2008
Grandes inspiradores VI
Que la disfruten y la compartan:
Una chispa de autopromoción
9 dic 2008
Post concierto
Y no vamos a parar.
Espero que los que estuvieran por allí lo disfrutaran y comparan camisetitas y vuelvan a estar para la siguiente cita, y en la siguiente y en la de después y en todas las giras internacionales que pensamos a hacer. En fin, no me enrollo.
Informe oficial y balance técnico y artístico del concierto: WOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!
Un saludo de Jean Loumés, Mister T para los seguidores de Naked NaNa
3 dic 2008
¡De concierto!
NO SE OLVIDEN DE LO QUE PASA ESTE DOMINGO A LAS 20:00 h en la SALA COCOA (C/Amador de los Ríos nº 20)
Naked NaNa en concierto
No se vayan a olvidar porque será una oportunidad muy grande para entrar en contacto con el futuro de la música española. Que si, coño. Ya nos vendréis a buscar cuando seamos famosos y nos vayan a entregar nuestro primer disco de oro.
En fin, por allá les quiero ver, no me hagan enfadar. Nos vemos en el concierto
2 dic 2008
Un poco de optimismo trágico
Sobre la vida
En la eterna prisa por llegar al genio
se van escapando palabras que no riman,
y cada una es escalón de la anterior
hacia la cima de la verdad absoluta.
Y se derraman como el agua de las manos
para formar la cuna de mi vitalidad,
¿qué sería de mi alma sin las caricias
que la alegría y el dolor me dan?
Porque en el infinito de esta dualidad
solo se puede buscar entretenimiento,
es el único sentido de la libertad vital:
jamás llegaremos a la cima a tiempo.
Sobre la vida, Odio el sonido de las puertas al cerrarse. Jean Loumès
25 nov 2008
Aparte (porque se puede escribir de algo que no sea amor)
no sé quién soy pero guardo esperanza
en encontrar dónde se esconden o guardan
los desórdenes de mi cerebro.
Me auto convenzo,
aquí en mi soledad,
de que todo cuánto me rodea es bello
y tal vez es posible que lo sea.
¿Qué será lo que me hace ser feliz
cuándo ni siquiera sé si existe la felicidad?
¿Qué será lo que me ayuda a cantar la vida
cuando tanto mal se cruza con ella?
Voy a dejar un momento
de ser tan optimista como era antes,
pues la dualidad de todo hecho
nos lanza hacia la desesperación.
Y aquí es dónde entra
la segunda parte de mi diálogo,
los hechos que no se consumaron
y el dolor de lo que no es bueno,
del sueño negro que nos atormenta,
a pesar de sonreír a la cara del diablo,
de la segunda parte de nuestra cabeza
que aún piensa en el suicidio,
sin que la mitad más sensata
la deje consumar este acto
con el pretexto de la dualidad necesaria
a la que todos nos enfrentamos.
19 nov 2008
Grandes Inspiradores V
17 nov 2008
Solo vida
Ya está bien de entradas dedicadas, ahora toca un poquito de egocentrismo en forma de un nuevo poema. Escrito el 24 de marzo de este año, también está dentro de mi poemario "Odio el sonido de las puertas al cerrarse. Que lo disfruten:
Resignarse a vivir
es cantar la tristeza alegremente,
mas no por eso optaré por la resignación,
jamás caeré en el tedio
que no me deje caminar hacia delante.
Que en el fondo
el destino se acuerda de mí
aunque pegada a la virtud,
me ofrezca soledad;
que veo a lo lejos
algo que me persigue,
pero si está tan lejos,
¿cómo sé que va tras de mí?
Resignarse a mirar
es aceptar que no poseemos voluntad,
por eso no optaré por esta tentación
de interpretar erróneamente
las señales que ahora creo malignas
y que no lo son en el espejo,
que no hay caída, no hay entropía,
solo vida, solo mi vida,
solo vida...
solo vida...
solo vida...
solo vida...
16 nov 2008
El paso del tiempo
Ala, con eso creo que tenéis para reflexionar un rato (si vosotros dedicáis tiempo a eso, claro)
Un saludo de Jean Loumès, un anagrama optimista.
15 nov 2008
Un dibujito gratis
Lo sé, es un poco friki, pero no digáis que no está chulo el dibujo, eh?.
Un saludo de Jean Loumès.
Felicidades
Lo que une a dos personas
amén de sus diferencias,
une el agua con el fuego,
rompe las diferencias sociales,
auna cualquier tipo de sentimiento.
Un poemilla sobre la amistad de Jean Loumès. Ciao Cherry.
14 nov 2008
Palabra póstuma
Si en el silencio de una noche
alguien escucha el sonido de un aplauso,
será el del público que presenció mi muerte
y que, al final de la obra, en mi perfecta caída
supo reconocer que podría haber arte,
arte en la despedida, arte en el dolor.
Es el legado que trato de dejar tras mi sombra.
Si en el silencio de la noche
alguien deja de escuchar mis voces,
será que el teatro dejó de articularse,
será que ya firmé la última de mis obras:
arte de trascendencia póstuma, de herida
abierta que en esta forja se cerró por siempre.
Siempre busqué la caída, siempre el dolor,
pero, en mi eterna negación, fui, cómo no, feliz.
Jean Loumès, "Palabra póstuma" (27/1/08) del poemario "Odio el sonido de las puertas al cerrarse"
Un saludo de Jean Loumès
11 nov 2008
Naked NaNa en concierto
Si ya hablé de mi grupo, este es el momento de que lo conozcáis. La entrada es gratuita y además hemos pensado en los que tengan que madrugar el lunes, así que no hay excusa para faltar al concierto debut de un grupo que será rico y famoso.
Y a mí particularmente me ofendería mucho que no viniérais a vernos, porque somos la leche.
Un saludo de Jean Loumès, el anagrama teclista de Naked NaNa.
9 nov 2008
Mi gran retorno
Una de las principales consecuencias de no tener internet es que blogs como este se quedan sin vida. Eso es lo que me ha pasado a mí. Mi ausencia (sufrida) aún no se ha visto acabada porque no os puedo prometer una periodicidad aunque trataré de pasar por aquí siempre que me sea posible.
Internet es un bien prescindible aunque se eche de menos cuando ataca el aburrimiento; y eso que el significado más estricto e inmediato de esta palabra dice poco en mí, porque cuando no estoy tocando el piano, pinto, cuando no estoy forjando versos, toco el piano y cuando no pintarrajeo folios en blanco, escribo. El problema está cuando llega uno de esos días en los que sobra el tiempo (hay pocos y se agradece que vengan de vez en cuando) y después de dar una vuelta completa a todas las actividades que me pueden entretener ya no sé qué hacer para no repetir (odio la monotonía) Y ahí es cuando se echa de menos internet, cuya función principal (por muy útil que sea para más cosas) es hacer el chorra.
Pues eso, que aquí estoy y seguiré estando aunque de forma entrecortada.
Un saludo de Jean Loumès, el anagrama sin internet.
28 oct 2008
Simplemente Kandinsky
Es que estaba ya un poco harto de los homenajes y las entregas de"grandes inspiradores" y, aunque este también lo es, por lo menos no enseño más fotos del careto de mis idolos. Ya dejaré por aquí algunas reflexiones, poemillas y otras cosas interesantes cuando se presente la inspiración.
Un saludo de Jean Loumés (un anagrama sin cabeza)
Homenaje a Cherry (Grandes hombres IV)
Al sorprenderme tanto averiguar que algunas de sus pelis favoritas son "Cantando bajo la lluvia" y "La tentación vive arriba" quiero dejar aquí unas imágenes en honor suyo. Por tener un buen gusto cinematográfico, por cultivar la buena cultura del cine y ensalzar el valor de los clásicos, por conmoverse por un fruncir de labios de Marilyn o disfrutar con las coreografías de Gene Kelly, esta cuarta entrega de "Grandes hombres" está dedicada a Cherry. Y, por ser la primera entrega en la que aparece una mujer (y no será la última) voy a cambiarle el nombre a la sección. Bienvenidos a "Grandes inspiradores".
Gene Kelly, el máximo exponente del musical
Marilyn Monroe, el poder de una sonrisa
Un besazo Laura.
Jean Loumés.
27 oct 2008
26 oct 2008
Un poema para bea
Un besito para Bea.
Barriendo todas las muestras de dolor,
eliminando cualquier rastro de tristeza,
apartando la vida de la insatisfación,
triturando a los que matan la belleza,
rompiendo todo el mal en el planeta,
invento cuentos para que seas feliz,
zarandeo la tierra para que no de vueltas.
J. M. (a Bea)
Artista invitado
Después de muchos años (repito) he vuelto a tener una agradable conversación con el que fue fruto de mi canción "Roto más que descosido" basada en la exposición de pintura de título homónimo de Lorenzo De la Cruz (que acaba de convertirse en el primer artista invitado de este blog)
Este personaje es un cultivador de filosofías visuales que desarrolla su obra tanto en pintura como en escultura y fotografía. Juega con un estilo daliniano al que añade sus propios cánones que lo hacen único en su imagen de nuevo gran genio del surrealismo de nuestro tiempo. Dará que hablar en el futuro, es un tipo con las ideas claras, con las metas propuestas y que sabe luchar por hacer llegar su forma de expresión a todo el mundo.
Desde aquí lo animo a seguir adelante, le doy un calurosísimo saludo y lo convido a realizar proyectos comunes en el futuro. Y a todos vosotros casi os obligo a pasar un rato por su blog www.dlacruzmorente.blogspot.com para conocerlo mejor. Merece la pena.
Un saludo de Jean Loumès.
23 oct 2008
21 oct 2008
...y cuando muerto
Y todo esto viene por que iré ejando por aquí algunas letras para que les echéis un ojo, y quería dejar claro que son canciones y no poemas. Es diferente, no se escriben igual, no se atienden a los mismos criterios y, obviamente, están escritas para ser escuchadas con en una melodía. Pero aún así creo que he escrito algunas dignas de ser recitadas sin música y esas son las que colgaré.
No me enrollo más, la primera que se me ha ocurrido es esta, un tema sobre la muerte y la posteridad cuya música tendréis que imaginar.
Y cuando muerto…
Quiero morir en buena postura
que ya es para toda la vida;
que no quiero quejarme
ni una sola vez en mi lecho,
y que luego no digan
que no fue digna mi muerte.
Yo no quiero ser como esa gente
que sigue jodiendo después
de dejar de joder.
No quiero que al final
se me acerquen con maldad
y me halaguen
porque tras de mí no quedará
ni un centavo para nadie.
Y cuando muerto me vayan a cantar
no quiero ver llorar
a los cocodrilos.
Quiero ir libre en mi locura
que sea feliz mi partida;
y que pueda marcharme
dejando a mi paso un misterio,
y que luego no digan
que no fue original mi muerte.
Yo no quiero irme como la gente,
que no dice nada cuando
ha caído en la oscuridad.
No quiero que al final
se me acerquen con maldad
y me halaguen
porque tras de mí no quedará
ni un centavo para nadie.
Y cuando muerto me vayan a cantar
no quiero ver llorar
a los cocodrilos.
No quiero figurar
en las listas de héroes
ni de cobardes
porque jamás viví de mostrar
ambas caras ante nadie.
Y cuando muerto me vayan a cantar
odiaría mucho escuchar
a los aludidos.
Un saludo de Jean Loumès
Grandes hombres
18 oct 2008
A un amor
La importancia de cumplir 21 años
Si alguien pasa por aquí y me quiere felicitar que lo haga. Nunca me ha resultado demasiado importante recibir felicitaciones, porque nunca he estado el día de mi cumpleaños con quién siempre he querido estar. No se preocupen, no me estoy poniendo triste, la melancolía a veces no es mala.
En fin, un saludo de un Jean Loumès más sabio y más viejo que desde aquí se autofelicita.
17 oct 2008
Hola otra vez audaces seguidores invisibles
No se enfaden conmigo si no paso mucho tiempo por aquí, pero es que no me gusta dejar comentarios baladíes ni imágenes que no dicen nada... bueno si, está bien. Pero eso también hay que hacerlo bien y hay que pensar antes de desbariar.
De momento les voy a dejar con el prólogo de un nuevo libro en el que estoy trabajando. Es una historia de terror que comienza cuando unos extraños asesinatos alertan a una pequeña población. Un antiguo habitante, un joven periodista que marchó hace tiempo a Nueva York cuando una experiencia traumática le enfretó con su familia (a la que creía responsable) regresa después de mucho tiempo preocupado por la ola de extraños sucesos. Cuando se involucra en la investigación irá descubriendo que esos horribles asesinatos le devuelven al pasado, y encuentra una sorpresiva conexión con aquello que lo alejó de su pueblo natal hace tantos años...
Si les gusta, digánmelo, propongan mejores u ofrezcanme consejos para hacer de la historia algo con más sustancia. Y, si no les gusta, por el contrario, se aguantan (eso si, dejen alguna sugerencia)
Sin más qué decir un saludo de Jean Loumès.
Prólogo
Hasta que, en tal perfecta pieza de música callada, desafinó un instrumento. Los pasos lentos de un andar seguro sobre el barro desentonaron en la hasta el momento sublime construcción del silencio en movimiento. Rompían el aire los rasguños en la tierra mojada de unas botas cuyo cuerpo aún no se podía intuir. Pero por ahí estaban, caminando entre las tumbas, haciendo callar a los grillos y a las lechuzas, espantando a los insectos a su paso... silenciando al aire que parecía perder su fuerza al querer arremeter contra aquel andar. Era un andar misterioso, sereno, que no parecía dirigirse a ningún lugar en concreto pero no dejaba de moverse. Ahora el silencio sí estaba roto, y el cementerio (que antes parecía tan gratificante en aquella calmada noche) se había transformado de repente en un lugar terrible. Incluso se podía tener la sensación de que las almas de los infelices que allí dormían se estremecían al sentir aquellos crueles pasos no queriendo, bajo ningún concepto, volver a salir. Y tal vez fuera cierto, tal vez en ese preciso momento, el lugar y el contexto más seguros de todos los que podrían existir en cualquier parte del mundo, fuera una tumba y estar muerto.
Una imagen felina que recortaba la luz nocturna sobre un muro de piedra parecía querer enfrentarse al intruso. No emitía sonido alguno, solo observaba con fiereza el andar que se cruzaba frente a sus pupilas amarillentas. Pero a esas botas que no se detenían no les importó que aquel testigo animal pudiese dar fe de su existencia en ese lugar y en ese preciso instante. Cruzó la verja de forja que siempre estaba entreabierta y al atravesar el umbral, las hojas secas que se amontonaban junto a los muros emprendieron un corto vuelo como si la simple determinación del caminar fuese más fuerte que la brisa que no las había conseguido levantar minutos antes. Y era realmente curioso que al mismo tiempo que se iba alejando del cementerio, el misterioso cuerpo dejara ver gradualmente una parte más alta de su anatomía. De entre las sombras surgieron unas piernas largas a cuya media altura ondeaban los pliegues de un abrigo oscuro. El resto aún era una silueta negra, pero al menos ya no era solo el eco de unos pasos, sino una forma corpórea de cabeza erguida que caminaba firmemente hacia una casa, con los brazos caídos que se dejaban mecer al compás de los pasos. Ellos eran ahora los que dictaban la melodía. Como en un punto y aparte, como en el cambio de un movimiento allegro a un largo cadencioso, la obra musical parecía ya ser otra. Se había dejado de escuchar el silencio que había quedado tras los muros, la disonancia se había perdido porque ya solo quedaban aquellos pasos terribles como toques de percusión en una marcha fúnebre.
No muy alejada de la verja que nunca se cerraba, la primera casa del pueblo estaba aún alejada del resto de las viviendas. Antiguamente fue la sede de un club de caza cuyos ancianos y retrógrados contertulios habían muerto o no estaban ya en forma para empuñar sus rifles. Hacía años que la caza había perdido adeptos en aquella zona, y cuando los últimos miembros del club ya no pudieron continuar financiando su permanencia, se clausuró definitivamente. El coto se cerró, pasó a ser espacio protegido y la casa al borde del bosque se puso en venta. Y uno de los últimos miembros, J. P. Jackson (muy mayor aunque no de los más ancianos) la compró con lo que quedaba en las arcas del antiguo club. Vivía allí con su mujer, su único hijo y dos perros ancianos. No quiso alejarse de su amado bosque, no permitió a su hijo buscar un futuro diferente a seguir sus propios pasos, estaba obcecado en que podría levantar de nuevo el coto y devolver al pueblo su deporte favorito. A su único modo de vida.
Aquella noche vio desde la ventana como una figura de andar extraño se acercaba a la casa. Sus ojos ya no tenían la vitalidad de antes pero mantenía más o menos una buena visión. Era un cazador. Sabía controlar las situaciones y, al fin y al cabo, un hombre no corre más que un ciervo. Miró de reojo su arma. El rifle de cerrojo se apoyaba en la pared justo encima de la chimenea. Para J. P. Jackson, aquella herramienta estilizada, potente y fiable había sido su mejor y más leal compañera durante años. Se sentía tentado de nuevo al observar como aquel tipo entraba en su jardín. Ahora era un intruso, él tenía derecho... pero cuando la figura alcanzó el porche, J. P. Jackson sintió un terrible escalofrío. No sabía por qué pero su cuerpo soportaba ahora un miedo atroz, temió por su familia y pensó que lo único que debía hacer era protegerla a toda costa. Fue hasta la chimenea, cogió el rifle (que siempre estaba cargado) y fue hasta la puerta. El intruso no llamó, pero tampoco entró a la fuerza, simplemente la hoja de madera giró sobre los goznes como si hubiera cedido al viento. Lo que dejó perplejo al cazador era que no podía haber corriente de aire con el ventanal de la cocina cerrado a cal y canto, y, sobre todo, que la puerta principal había estado hasta ese momento bloqueada con tres cerrojos de acero.
El intruso levantó la vista, tenía el pelo largo y le caía por la frente oscureciendo sus ojos. No había mucha luz, pero el farol de gas que estaba colgado en el pasillo fue suficiente para proyectar la más cruel de las sombras en el umbral de la puerta. A Jackson le temblaba el pulso, apuntó a la cabeza del intruso y al final del cañón de acero rayado pudo ver como dos ojos que brillaban con luz propia se abrían de repente mostrando unas pupilas enrojecidas que acompañaban una expresión demente. Los labios del intruso sonreían con una dulce ironía, torció un poco la cabeza y ese leve movimiento captó la atención de Jackson, que supo extraer de entre el miedo al cazador que llevaba dentro. Era un profesional y sabía que controlar la situación era importante, que no podía perder detalle de los movimientos de la presa, que debía disparar antes de que jugase su baza, antes de que estuviese demasiado cerca, tenía que disparar antes de que Jackson estuviera a su alcance, antes de que pudiera arrebatarle el arma... El pequeño gesto del cuello fue el detonante. Se concentró en su dedo índice, presionó y notó la resistencia del gatillo que estaba frío. Llevó el mecanismo hasta el fondo mientras mantenía el cañón apuntando a la cara de la presa, la culata bien aposentada en el hombro derecho. Había perdido el miedo de repente, estaba aferrado a su eterna amiga, a su herramienta, a su única salvadora, a su vida... pero aquel rifle llevaba demasiados años sin dispararse.
5 oct 2008
No se qué escribir (2ª entrega)
Aquí estoy yo en una sesión de fotos con mi hermano en la Sierra de Andújar que después utilizamos para mi disco El extraño planeta vegetal (no lo busquen, no existe. Ya os hablaré alguna vez de ese proyecto) La serie del disco es en colores, las versiones en b y n se usaron para los singles.
En fin, es que no quería dejar ahí la imagen simplemente, me apetecía dedicaros unas palabrejas. Ciao.
Un saludo, Jean Loumès
30 sept 2008
27 sept 2008
Cero comentarios
Como veo que la gente es vaga (y yo me incluyo) y nadie pone un ligero interés en dejarme un triste comentario puedo pensar dos cosas: 1- reafirmar mi teoría de que la gente es extremadamente vaga (y yo me vuelvo a incluir) o 2- sigue sin haber nada que tenga un mínimo de interés en este blog. Debo pues hacer algo y tras mis deliveraciones creo que existen dos posibilidades: 1- no darle importancia y pasar del tema siendo coherente con la teoría de la vagueza humana o 2- tener un buen día de inspiración y ser capaz de colgar una entrada con algo que os pueda llamar la atención.
Hoy me he levantado escuchando la lluvia y eso a mí siempre me ha inspirado mucho, pero es que últimamente estoy un poco nulo creativamente hablando; así que os váis a conformar con una foto mía que no tiene mayor interés que el que yo mismo pueda darle al mirarla (o a lo mejor sí, por eso del triple desdoblamiento) Yo os recomendaría ir por el camino fácil. El nº 1. Mirar y no tocar. Pasar de largo. Cero comentarios.
Jean Loumès
22 sept 2008
Cosmogonía nº 5
Ya os iré dejando por aquí más ejemplos del producto físico de mi locura. Un abrazo a los que lean esto (pero que no se den por aludidos los que lo hagan y no dejen comentario)
19 sept 2008
Sobre el genio
Y como me estoy alejando del tema (es que me provocáis) os voy a dejar aquí estos versos sobre la figura del genio y me despido sin una sola palabra más.
Hombre que sin ser correcto se hace respetar,
hombre al que se perdonan excentricidades,
pues se comprende la intención que llevan dentro.
Boca de dios, lacayo del diablo,
poeta desvalido que sufre del pecado que comete,
loco por el tiempo, cuerdo por sincero.
Hombre que vive por la esperanza esperar,
hombre que nada entre todas sus fatalidades,
agua que lo limpia sumergiéndolo lejos del tedio.
Ojos de neón, mirada en negro y blanco,
bocazas malhablado que firma una verdad sin precedente,
viajante como el viento, pero quieto, inerte, eterno.
Iris
Porque hay que caminar un trecho largo por senderos que se levantan poco a poco, para llegar al macizo central de Iris. Entre sus dos cordilleras, don grandes montes se alzan ocultando los atardeceres y pariendo amaneceres rojos. El paisaje montañoso se puede bordear por el este o por el oeste, donde dos enormes trozos de tierra de extienden hacia el sur cercando una extensión de agua entre ellos y los picos. Pueden ser lagos por su estancamiento, pueden ser ríos por su naturaleza longitudinal, pero son mares alimentados por el océano infinito que es el todo ajeno a Iris. Bordeando estos mares simétricos a cada lado del macizo se puede ascender, o por los desfiladeros que separan (como un gran valle en forma de uve) los dos montes principales. Más arriba las pendientes vuelven a caer en farallones peligrosos donde se ocultan nuevas bellezas que no son ricas en extensión (ya que la tierra se estrecha comiendo el océano a las rocas en don cabos también simétricos) pero sí en una simpleza aritmética tan sencilla como hermosa. Allí el viento es fresco, el aire sopla suave e imperceptible y crea un espacio de descanso eterno.
Pero se puede continuar subiendo, al atravesar tal agujero hipnótico y volver a ganar distancia al sol, cuando se levantan paredes de roca imponentes que es necesario vencer con la mayor de las fuerzas. Escalando con dificultad, el valle estrecho que dejamos se hace cada vez más pequeño en la distancia. Y llegamos a la cima, a un suelo de nuevo llano desde el que es fácilmente divisable toda la extensión hacia el sur de Iris. Pero volvemos de nuevo la vista al norte, donde las llanuras se cubren más delante de formas que suben y bajan creando dibujos que ocultan tras de sí a un bosque lejano. Estas formas, que son salientes de roca pulida y fría, suponen un nuevo descanso antes de la última etapa. Son fácilmente estructuradas y descriptibles, ya que se plantean en el suelo de forma simétrica como si alguien las hubiese apilado una a una de forma consciente. Como el mobiliario de un salón. Justo delante de extiende longitudinalmente un sofá pulido de curvos dibujos. Es de piedra rojiza. Justo detrás y perpendicular al anterior, una forma afilada sube hacia el norte hasta su intersección con dos grandes hoyos (uno a cada lado del saliente) que contienen aguas azules y verdes de especial claridad. Y por encima de ellos comienza a crecer el verdor, que más al norte se transforma en tullido follaje, y más allá en denso bosque que agita sus extremidades al viento. Es una selva enorme que se extiende hasta el océano superior, muriendo en una playa curva, en la que las raíces y troncos de los árboles más valientes están bañados por el agua.
Es un viaje largo, un camino que se recorre en largo tiempo pero sin cansancio. Es el trazado de Iris, su clima, su aroma y su engullidora belleza.
Iris era un país. Iris era una mujer.
Soy un anagrama
Pero vengo con ganas, con ganas de entretener, de mostrar cosas y por qué no, de caer en la tentación de publicar poemas, relatos y tonterías que suelo escribir en mi libreta pautada, en los bordes de los apuntes, de los libros, en las servilletas, en mis propias manos.
Les dejo con mis cosas, les dejo con mi vida, con el fruto de mis horas de reflexión, con mis inquietudes, con mi personalidad... con mi anagrama: la firma escondida de un pianista, escritor y pintor, alma errante, artista solitario.
Jean Loumès