22 feb 2011

Al abismo

"Porque siempre conviene alegrar a la gente, también de vez en cuando viene bien asustar un poco" dice una canción. Y también, igual que la felicidad es bella, es conveniente (por eso de mantenerse alerta) descender un poquito a los abismos. Y así me desperté yo el domingo, falto de ánimos, harto del conservatorio y un poco depresivo (y ya sabéis que eso es muy raro en mí) pero sin preocuparme. Fue uno de esos días que te despiertas por la mañana y sin saber por qué o sin razón aparente... estás triste. Siemplemente, estás triste. Pues eso. Me hace falta un descansito bueno como el puente que viene esta semana para recuperar la motivación y la creatividad y seguir echando buenos ratos por las tardes con mis queridos compositores, con la princesa Marian, la gente de musicología y todas esas personas que cada tarde me despiertan un poco la fuerza para salir del tedio.

Esta tarde espero recuperar mucha de esa fuerza, porque, obviamente, nadie puede ofrecérmela más rápido y mejor que Feles. Te espero.

11 feb 2011

"Abajo el alzheimer"

"Abajo el alzheimer"

Si que los recuerdos fueron los mejores,
con muchos detalles y vivos colores.
Aquí van las cuentas de mis cien amores,
veamos si tengo o no tengo memoria.

Un amor eterno, otros casi tanto,
de siempre me prenden las cinco en su encanto,
tan solo por ellas he vertido el llanto.
Peaje de amor, cantidad irrisoria.

Amores de suerte, amores de paso,
amores refugio, amores al raso,
parques del Retiro, museos Picasso,
incluso una suite en el Waldorf Astoria.

Amores insólitos por lo singulares,
hay reinas del mar por los siete mares,
de amores sin par unos quince pares,
y todas tangibles, ninguna ilusoria.

Descuéntame uno y van treinta y cuatro,
el uno que tacho fue puro teatro,
una tontería y no lo idolatro.
Ocurre que es que no tuve escapatoria.

De cinco minutos, de media mañana,
de fin de mi vida, de fin de semana
por el "via amoris" de mi real gana.
Cada uno su cruz y hoy la mía es de gloria.

Amores de ida, amores de vuelta,
amores devidos al Ebro y al Delta,
y al Imperio Ruso y al folclore Celta.
También llevo bien geografía e historia.

Van ochenta y casi me olvido la lluvia
mojando los rizos de mi única rubia
y a mi diosa blanca y a mi esclava nubia
y a mis tres Marías, Marías Victorias.

Y a las seis menores, aunque muy crecidas,
sus seis casi estrenos me dieron seis vidas.
Me obligó el espejo a seis despedidas
de seis aplicadas en arte amatoria.

Las ocho que faltan las guardo en secreto
que yo fui Montesco y ellas Capuleto
y me comprometen o las comprometo.
Mi alegre canción iba a ser mortuoria.

Y ya están las cuentas de mis cien amores
que, claro que sí, fueron los mejores.
Y, si queréis más, yo de mil amores.
Y ruede la rueda y gire la noria.

Javier Krahe, "Cábalas y cicatrices"