Después de pasar los límites de la primera escucha, el nuevo disco de Bunbury ha calado hondo en mi mente, por ser un rumbo afín a mis propios intereses musicales y por estar dotado de esa especial sencillez sublime de aquellas cosas a las que ni sobra ni falta. Una instrumentación bien acoplada, sutil, con gusto para hablar de sentimientos contradictorios y tristes que es de lo que más habla la vida.
Un saludo de Jean Loumès, un anagrama agradecido a este artista
3 comentarios:
Qué ojazos tiene ahi el señorito...
ay... si yo hubiera sabido lo presente que iba a estar este hombre en mi vida...
Lo mismo digo... xD
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