Teniéndote, no te tengo,
queriéndote buscar, no te encuentro
porque, sabiendo que estás ahí,
no dejas de estar lejos.
¿Y si un único pensamiento
bastara para encontrarte?
¿Y si de mi mete surgiera un portal
que uniera el espacio y el tiempo,
el tuyo y el mío y, al mirar a ese vacío
pudiera ver tu rostro
y, al alargar mi brazo,
pudiera coger tu mano?
Y, tras el pensamiento regresar al sueño,
para volver a encontrarte al día siguiente.
1 comentario:
Me encantó recalar por aquí, volveré a leerte!
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